Tomar decisiones para vivir mejor

[vc_row type=”in_container” full_screen_row_position=”middle” scene_position=”center” text_color=”dark” text_align=”left” overlay_strength=”0.3″ shape_divider_position=”bottom”][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_shadow=”none” column_border_radius=”none” width=”1/1″ tablet_text_alignment=”default” phone_text_alignment=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid”][vc_column_text]Soy un fan de las decisiones. Quienes me conocen, saben que disfruto decidir, me encanta hacerlo. Decidir trae claridad; no decidir produce confusión. La verdad, me vuelve loco estar mucho tiempo en un ambiente donde no se tomen decisiones, creo que eso produce confusión, incertidumbre y no permite el crecimiento.

Aunque me encanta decidir, no todas las decisiones me salen tan bien. Siempre decido, pero no siempre le atino.

Recuerdo que cuando llegué a México, hace más de 30 años, era un joven loco, en un país nuevo. No hablaba español y tenía la «doctrina radical» de no gastar, guardar y cuidar el dinero. Tomé decisiones que me metieron en problemas.

El primer año, parecía que cada vez que me subía al carro chocaba con todo el mundo, y por querer ahorrar dinero no compraba seguro. Un día, mi esposa Karla y yo íbamos por la calle y de repente se atravesó un carro y yo le pegué. La cabeza de mi esposa golpeó contra el parabrisas, ella estaba cargando a nuestra primera bebé; llegó la ambulancia y después de revisarlas supimos que todos estábamos bien, pero el carro estaba desbaratado. El líder con el que trabajaba me preguntó: «Juan, ¿el carro está asegurado?». «No», le respondí. Él me dijo: «¿Cómo es posible?». Bueno, pues me ayudaron y arreglé mi carro.

Eso me pasó varias veces, pero seguía decidiendo mal. «El ahorro» por encima de la seguridad.

En otra ocasión, viajábamos hacia EEUU por tierra. Había una gran tormenta con muchos relámpagos. Pensé: «¿cómo se sentirá que te pegue un rayo?». De repente vimos una luz intensa y sonó como una explosión muy fuerte que sacudió la camioneta. La pude controlar y me estacioné. Me bajé y me di cuenta de que nos había pegado un rayo y la descarga hizo que el cableado de la camioneta se derritiera. Adivina qué… ¡no la tenía asegurada! Ahora ya tengo seguro. Aprendí a tomar mejores decisiones ☺☺☺

El punto es que decidir es un requisito para liderar. ¿Te imaginas a un equipo liderado por alguien que nunca tome decisiones? ¡Es absurdo! Piensa en un padre o una madre que no toman decisiones para definir el rumbo de su familia… ¡una locura!

Ahora piensa en ti… si tú fueras otra persona, ¿quisieras estar siendo liderado por ti mismo? ¿Eres una persona que toma decisiones, te paralizas o esperas que alguien más las tome?

La libertad y la capacidad de decidir son un regalo. Son parte de la forma en que fuimos diseñados. Es más, creo que es uno de los regalos más grandes que Dios nos ha dado.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

3 comentarios en “Tomar decisiones para vivir mejor”

  1. Bueno el artículo… pero debes al menos darnos un “empujón” para aprender!!! Cómo hiciste??? a mi me cuesta mucho tomar decisiones y casi siempre termino haciendo todo a última hora, la ansiedad me gana la mayoría de las veces!!

  2. Estoy de acuerdo con tus comentarios la toma de decisiones da certeza y certidumbre, yo agregaria que lo mas importante para un líder es tomar decisiones rápidas no apresuradas, independientemente de que tan buenas o malas sean, la experiencia te dará la oportunidad de ir mejorando en esta toma de decisiones. Saludos

  3. Excelente escrito pastor Juan vereecken y nos gustaría saber principios que el Señor le a dado para tomar decisiones. Bendiciones

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